VALVERDE VIVIÓ EL DÍA DEL SANTO NIÑO ENTRE PÓLVORA Y EMOCIÓN ::

Vamos al Templo a buscar ese don que el alma espera para abrazar la bandera del Santo Niño en su altar. Vamos todos a rezar en favor de nuestra estrella”. “Dios es bueno y desde arriba mandará su bendición. Digamos de todo corazón: Viva el Santo Niño!”. Tras pronunciar estas palabras, el general de Dichos de la Compañía de los Cristianos y el general de Dichos de la Compañía de los Moros se fundían ayer en un caluroso abrazo que provocaba las lágrimas de muchas de las personas que presenciaban este momento. Sin duda, uno de los más emocionantes de la fiesta de Moros y Cristianos en honor al Santo Niño que ayer alcanzaba su quinta jornada.

“Esto se siente desde el alma”

Una jornada que estuvo marcada principalmente por la emoción de ser el Día del Santo Niño, una celebración declarada de Interés Turístico Regional que año tras año logra congregar a un buen número de visitantes y que no deja indiferente a nadie. El Día Grande comenzó temprano. Los primeros soldados de las Compañías salían a las calles de Valverde enfrentándose a las bajas temperaturas y con la ilusión de vivir uno de los días más importantes del año. “Para entender esta fiesta tienes que sentirla desde dentro, desde el alma”, explicaba ayer un cristiano. El sol brillaba resplendoroso y el cielo permaneció azul durante toda la mañana.

Las tropas se concentraron en la Plaza Mayor esperando la salida de la imagen del Santo Niño portada a hombros por la Compañía Cristiana. El himno español, interpretado al son de la pita y el tambor, precedió a la salida de la imagen y a las palabras del primer encuentro pronunciadas por la Compañía de los Moros. La batalla verbal entre ambos fue cobrando intensidad hasta el punto que se levantaron en armas para luchar por la imagen del Santo Niño. Con la victoria de las filas moras, la imagen pasó a formar parte de la Compañía Mora.

El sonido atronador de las armas resonó con intensidad a lo largo de toda la mañana. Los tapones se convirtieron, como es habitual, en el instrumento imprescindible para soportar el intenso ruido.

La subida de la calle de la Yedra fue testigo del segundo encuentro en el que la Compañía Cristiana recupera de nuevo al Santo Niño. Previo a ello, el cristiano llora la derrota y la pérdida del Santo Niño para después arengar a sus tropas para una nueva lucha. Desde los balcones ornamentados, muchas personas escuchan atentas el encuentro. Un silencio casi sepulcral inunda el lugar.

La emoción se palpa

El tercer encuentro es, sin duda, el más emocionante. De pronto, la imagen del Santo Niño queda situada frente a la iglesia y los Generales de Dichos se preparan para la última escena, la de mayor intensidad. A su alrededor se sitúan las tropas. La rendición de la Compañía Mora y su conversión al cristianismo pone el punto final a la batalla entre ambos bandos. El vigor y la vehemencia del abrazo son la culminación del acto que da paso a la Santa Misa. Los abrazos y las lágrimas de emoción siguen a este gran momento. Todo el mundo rodea a los Generales de Dichos para trasladarles su enhorabuena.

“Lleno a rebosar”
Una gran multitud de personas llenó la iglesia de Valverde de Júcar para asistir a la misa en honor al Santo Niño. La imagen, cubierta de flores rojas y blancas presidió la ceremonia religiosa en la que también estuvieron presentes el alcalde, Miguel Ángel Gómez Alarcón, las autoridades locales, el delegado provincial de Cultura, Raúl Añover, la teniente alcalde del Ayuntamiento de Cuenca, Mª Ángeles García y el secretario general del PP Provincial, Benjamín Prieto.

Tras la Santa Misa, en la Plaza Mayor de la localidad tuvo lugar la tradicional descarga y el correr de banderas por parte de ambas Compañías. Un sonido atronador hizo retumbar el suelo y el humo inundó el lugar.

La Fiesta de Moros y Cristianos continuará durante la jornada de hoy en el municipio conquense de Valverde de Júcar.

INFORMA: Carmen Moral
El día de Cuenca